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domingo, 9 de junho de 2013

´La autonomía del gozo sexual femenino sigue siendo inconcebible´

"El método Valérie" desarrolla un manual de seducción de la mujer: "Pone más una cabeza alta que un escote bajo"

09.06.2013 | 04:36
La escritora y sexóloga Valérie Tasso. // FdV
La escritora y sexóloga Valérie Tasso. // FdV

Sexóloga, escritora, tertuliana en televisión y radio, colaboradora en diferentes medios escritos y conferenciante en universidades, Valérie Tasso acaba de presentar "El método Valérie", en el que aborda los secretos y los entresijos de la seducción. "Seducir es sorprender cada día y mantener el suspense", dice Tasso (Francia, 1969) en su séptimo libro, un manual de seducción en el que si algo queda claro es que el asunto no es una cuestión de lencería fina ni de faldas cortas: "Pone más una cabeza alta que un escote bajo, no lo dudéis".
- ¿Cómo es posible que todavía haya personas, incluidos médicos e investigadores, que sostengan la existencia del orgasmo vaginal cuando está demostrado que se alcanza por la estimulación del clítoris?
- Tradicionalmente se ha buscado la justificación del coito. Y seguimos en el mismo punto de partida. El clítoris, órgano que "no sirve para nada más que para el placer", sigue siendo un gran desconocido. Y ya se sabe, lo que desconocemos nos suele dar pavor... Explicar que no existe el orgasmo vaginal es hacer tambalear los cimientos de nuestra sociedad, una sociedad falocéntrica y coitocéntrica.
- Del mismo modo, ¿cómo es posible que se dude de la existencia del punto G?
- No es que pongamos en duda la existencia del punto G, sino que explicamos su funcionalidad no desde la raíz del clítoris, sino desde la vagina. ¿El porqué? Me remito a mi primera respuesta. Se está intentando a toda costa preservar el coito como erótica principal de una interacción. La autonomía del gozo femenino, que por no requerir no requiere ni buenos ni malos amantes, sigue siendo inconcebible.
- En una clínica americana inyectan colágeno en el punto G para aumentar su tamaño y, al parecer, aumentar así el placer en la penetración.
- Ya expliqué en mi libro "El otro lado del sexo" lo que opino al respecto. Resumiendo, te diré que la localización del punto G no la facilita un mayor o menor volumen, sino una predisposición mental a gozar con su estimulación. No es un asunto fisiológico, sino de permisividad al gozo. Por cierto, el punto G no es un punto, es una amplia zona de muy fácil reconocimiento y que no requiere estudios de ginecología. Con relación al negocio de inyectar colágeno, ya sabemos que, hoy en día, más que liberadas sexualmente a las mujeres nos han convertido en consumidoras de elementos sexuales.
- El mensaje que recibe la mujer desde las revistas y la publicidad es que es algo defectuoso que hay que reparar con cremas, dietas y cirugías. ¿Cómo luchar contra esa enorme presión?
- Primero, hay que saber que la publicidad está en nuestra realidad social para decirnos lo que nos falta y no lo que tenemos. Y segundo, que, como te decía antes, la prioridad del mercado no es nuestra liberación, sino nuestro consumo. ¿Cómo luchar contra eso? De partida, sabiendo esto.
- El sexo es tan natural como el comer, pero muchas de sus cuestiones básicas son desconocidas. ¿Implantaría una asignatura en los institutos?
- El sexo es natural en los pulpos. En nosotros es una actividad infinitamente culturizada, fundamentalmente porque todo el peso moral al que lo hemos sometido ha llegado a través de la cultura. Eso explica que aproximadamente el noventa y cinco por ciento de los casos de anorgasmia no tenga una base orgánica. Sí, implantaría una asignatura impartida por sexólogos.
- ¿Se debería dar más importancia a la educación sexual en el colegio o cree que son los padres quienes deben educar en el sexo?
- La educación sexual es cuestión de todos. De hecho, la sexualidad es la personalidad del individuo y ¿quién la marca? ¿La escuela, los amigos, los padres, el cine? Lo que sucede hoy en día es que fundamentalmente se está abordando la sexualidad como una problemática. De ahí que las clases que se imparten a adolescentes se basen fundamentalmente en la prevención de riesgos y no en los valores sociales que conlleva el hecho de ser individuos sexuados.
- ¿Por qué las mujeres no hablan tan libremente de la masturbación?
- Por lo mismo que dije antes: el gozo femenino no puede ser autónomo, sino subsidiario de un elemento externo, normalmente un pene grande con un varón pegado...
- Explica muy bien todo el universo BDSM y, para un inexperto, tal vez lo que más llama la atención es su afirmación de que "es la erótica que coloca la excelencia allí donde el sexo la tiene; en la mente humana y no en los genitales".
- Es una erótica que refleja muy bien la enorme amplitud que tiene el hecho sexual humano. Imagínate, por ejemplo, que los pintores descubrieran de repente que existe el color, algunos podrían seguir pintando sin utilizarlo, pero en cualquier caso los recursos de la pintura aumentarían extraordinariamente.
- Describe interesantes prácticas como el petting, el sploshing o el kokigami. Habla de juguetes, de bondage... ¿Y si a uno, al final, lo que le gusta es hacer el amor con su pareja en la cama sin más parafernalias?
- Perfecto. Pero "nunca por mucho trigo fue mal año". Convendrás conmigo en que conocer más posibilidades no anula el emplear las que más nos satisfagan.
-¿ Cree que la facilidad de acceso al porno a través de internet es nocivo para un menor?
- En primer lugar, el porno es una estandarización del sexo, genera un modelo de actuación radicalmente machista porque está construido desde y fundamentalmente para el hombre. En segundo lugar, es una sexualidad de carácter "adultista", es decir, está hecho desde y para adultos. Cumple una función, no lo niego, y no sería yo quien hablara de abolir este género cinematográfico. Pero sí es cierto que en manos de un adolescente lo puede llevar a profundas equivocaciones.
- Al contrario de lo que la sociedad nos dice, en su libro no otorga un gran poder a la belleza física a la hora de seducir. ¿Le damos demasiada relevancia a nuestras carnes?
- No le otorgo una gran importancia a la belleza porque no la tiene en absoluto. La belleza te puede servir para ligar o atraer silbidos, pero para la seducción no es algo reseñable. El no tener una gran belleza forma parte de la virtud del seductor. Acuérdate, por ejemplo, de Ricardo III de Shakespeare, que, además de feo, era malo. Y, sin embargo, sedujo a la mujer a la que él había dejado viuda en el entierro de su difunto.
- "El deseo es, en definitiva, literatura, un relato literario personal e intransferible". ¿Son los relatos de los hombres más sencillos que los de las mujeres? ¿Necesitan ellas más fantasía ?
- Sí, es cierto que los hombres son más sencillos porque ellos vienen tradicionalmente manejándose en el mundo del deseo, mientras que en nosotras se ha abierto una distancia mayor entre lo que queríamos hacer y lo que éramos capaces de imaginar. Hemos cuidado mucho, desde muy antiguo, los relatos de nuestras fantasías y eso nos ha dado una mayor capacidad literaria que a ellos. Es algo que posiblemente en nuestra tarea de equiparación acabemos perdiendo.
- Una monologuista decía recientemente que para ella el humor "es el mejor lubricante porque con humor entra todo". ¿Lo comparte?
-Sí, por supuesto. Además, el humor tiene dos virtudes más: acorta distancias y crea comunidad.

http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2013/06/09/autonomia-gozo-sexual-femenino-sigue/825621.html

sábado, 11 de fevereiro de 2012

Pare de procurar o ponto G


Publicado Sábado, 11 de Fevereiro de 2012, às 09:11 | Ligia Helena, iG São Paulo

Se em 60 anos de estudos nem os cientistas o encontraram, por que você ainda está pensando nisso? 

Desde 1950, quando o médico alemão Ernst Gräfenberg descreveu o ponto G pela primeira vez, cientistas, médicos e mulheres tentam encontrar esta área da vagina que, uma vez estimulada, seria responsável por altos níveis de excitação sexual e levaria ao orgasmo com facilidade.


Um grupo de pesquisa da Universidade de Yale, nos EUA, liderado pelo urologista Amichai Kilchevisky, se propôs a analisar artigos científicos publicados entre 1950 e 2011 em busca de evidências do ponto G. Revisaram então todos os estudos que destacassem algum dos seguintes termos: "ponto G", "ponto de Gräfenberg", "inervação vaginal", "orgasmo feminino", "zona erógena feminina" e "ejaculação feminina". A conclusão não poderia ser mais clara: após 60 anos de estudos, ainda não há evidências científicas sobre a existência do ponto G. "Anatomicamente ele não existe. A gente faz cirurgias, dissecções, e esse ponto não existe", afirma a ginecologista e terapeuta sexual Junia Dias de Lima.



Sozinha, a mulher deve explorar seu corpo e descobrir como e onde sente mais prazer
Sozinha, a mulher deve explorar seu corpo e descobrir como e onde sente mais prazer Foto: Getty Images
Apesar disso, pesquisas indicam que a maioria das mulheres acredita no ponto G, mesmo as que nunca conseguiram localizar a tal área mágica em suas próprias vaginas. "Algumas mulheres vêem no ponto G uma espécie de tábua de salvação. Quando não conseguem ter prazer com seus parceiros, querem uma justificativa biológica, querem saber como achar o ponto G. Mas o sexo não é apenas biológico, é biopsicossocial. Costumo dizer que o ponto G está entre os ouvidos da mulher, fica no cérebro", diz o ginecologista e sexólogo Amaury Mendes Júnior, professor e médico do ambulatório de sexologia da Universidade Federal do Rio de Janeiro. 



A busca pelo ponto G, em vez de resultar em prazer, pode causar frustração. "A mulher passa a achar que ela é a errada e diferente das demais. As pessoas são exibicionistas, gostam de falar que têm muitos orgasmos, mas não falam de seus problemas sexuais. Falamos de problemas de saúde diversos, dizer 'tenho enxaqueca' é até chique, mas dos problemas sexuais ninguém fala abertamente. A mulher que não consegue sentir prazer se sente muito frustrada", explica Junia.


Mas se o ponto G não existe e o caminho do prazer não é apenas biológico, o que a mulher deve fazer para ter relações sexuais gostosas e alcançar o orgasmo?


"Tem uma questão filosófica: as mulheres têm que entender que não devem tentar alcançar o orgasmo para agradar o homem. O prazer é individual, o outro não sente as suas sensações. Então a busca do prazer é para ela, não para o outro", diz Junia. "Cada pessoa tem um mapa erógeno, as áreas em que sente mais prazer, mas muita gente não sabe explorar sua individualidade", completa.


A psicóloga e sexóloga Carla Cecarello, coordenadora do Projeto Ambsex, afirma que o autoconhecimento e a masturbação são bons aliados. "A mulher precisa conhecer seu corpo, se tocar, fantasiar, ter um tempo só para ela, para descobrir as sensações que pode ter", explica Carla. "É muito eficiente estimular o clitóris, seja por fora da vagina, onde ele fica visível, ou por dentro, em direção à sua base".


E o parceiro, como fica nesta busca pelo prazer? "A mulher deve procurar uma boa pessoa para se relacionar – um homem, outra mulher, como preferir. Deve ser um companheiro interessante e interessado", diz Mendes Júnior. "O outro não deve cobrar, questionar se a mulher gozou ou não gozou. Isso gera ansiedade. O parceiro precisa ajudar a mulher a relaxar e se entregar ao sexo", aconselha Carla. "O sexo tem que ser bom para os dois. Tanto o homem como a mulher devem aceitar o outro como é, compartilhar e buscar juntos os caminhos do prazer", encerra Junia.
 

http://www.cenariomt.com.br/noticia.asp?cod=162063&codDep=7

segunda-feira, 30 de janeiro de 2012

A lenda do “ponto G”


16:45, 30/01/2012 
NATHALIA ZIEMKIEWICZ
 ANATOMIAESTUDOMULHERES TAGS: 

Sempre achei que esse negócio de “ponto G” era pra “gozar da nossa cara”. Nunca o encontrei nem conheci uma amiga que tivesse me dito o contrário. Se ele existe, pensava, deve estar beeem escondido. Hoje só acredito se me traçarem uma rota no Google Maps ou inventarem um GPS acoplável ao pênis, ensinando como chegar lá.
Você aí procurando e talvez ele nem exista...
No mercado erótico dos sex shops, há diversas geringonças que prometem estimulam esta suposta área pequena e sensível, levando a orgasmos transcendentais. Muito, mas muuuito antes disso, textos do Kama Sutra já apontavam para esse pedacinho da parede vaginal que levaria a um prazer sem precedentes. Enquanto você procurava in loco e se frustava com seu senso de direção, cientistas de Connecticut passaram seis décadas estudando o ponto G.
Adivinha o que descobriram? É bem provável que ele não exista. As conclusões da pesquisa, publicada no Jornal de Medicina Sexual, afirmam que ultrassons e amostras de tecido vaginal não conseguiram provar a existência objetiva dessa famosa zona erógena. Acreditava-se que o ponto G seria uma região com grande quantidade de terminações nervosas, o que aumentaria a sensibilidade e facilitaria o orgasmo. Nem mesmo testes clínicos e depoimentos convenceram os estudiosos de que ele não passa de uma fábula. Não fique desapontado: não dá para dizer que você perdeu procurando por ele…

sexta-feira, 9 de dezembro de 2011

Afinal, o ponto G existe?



Pesquisa afirma que a zona erógena é pura ilusão; conversamos com 10 feras no assunto
Julia Reis, iG São Paulo

Recente pesquisa britânica trouxe um velho tema às manchetes: o ponto G. Segundo o estudo do londrino King's College, a zona erógena feminina - que seria capaz de elevar o prazer ao nível máximo - pode ser fruto da imaginação das mulheres - estimuladas pela mídia. Para debater a questão, o Delas conversou com especialistas no assunto, que colocam o tal ponto mágico no seu devido lugar. 
"O ponto G não é anatomicamente definido. Ele é imaginário e habitualmente relacionado ao teto da vagina, que é uma zona erógena bem próxima ao clitóris. Por ser muito sensível, gera excitação e lubrificação.” César Eduardo Fernandes, ginecologista e presidente da Associação de Obstetrícia e Ginecologia do Estado de São Paulo.
“Apontar a existência do ponto G é estigmatizar a mulher, o que cria apenas ansiedade e cobrança. O ponto G é uma resposta sexual feminina a um estímulo associado ao desejo, porém diversos fatores - como fisiológico, psicológico e emocional - determinam qual é a capacidade da mulher se entregar na relação." Paulo Bonança, psicólogo, sexólogo e membro da Sociedade Brasileira de Estudos da Sexualidade Humana.
“Eu não acredito em Ponto G. Há uma rugosidade diferente em determinada área da vagina, mas isso não quer dizer que as mulheres sintam mais prazer naquele ponto, tudo depende de como ela for estimulada. Na verdade, costumo brincar que a mulher tem dois pontos G: um em cada ouvido.” Sylvia Faria Marzano, urologista, terapeuta sexual e diretora geral do Instituto Brasileiro Interdisciplinar de Sexologia e Medicina Psicossomática (ISEXP).
“A existência (ou ausência) do Ponto G não é fundamental para que a mulher sinta prazer, e sim o conhecimento dos seus próprios pontos sensíveis: estimular a mama, a nuca ou até mesmo entre os dedos dos pés pode gerar muito prazer.” Alfredo Romero, especialista em sexualidade e diretor do Instituto Brasileiro para a Saúde Sexual.
“Cada mulher tem um ponto especial, um desejo, um tipo de toque. Ela descobre locais de prazer que pode dar o nome de ponto G, ou não”. Otavio Leal, professor de tantra.
"Eu não acredito em ponto G, o abecedário é muito grande e o G fica no meio do caminho. A mulher até pode ter um espessamento maior no ponto da vagina que fica atrás da bexiga - pesquisadores dizem ser uma reminiscência da próstata que não se desenvolve no período de gestação - porém também existem outras áreas sensíveis. O prazer dela está mais ligado a sua autoestima, ao parceiro e principalmente ao autoconhecimento. A mulher pode gozar muito mais com o carinho do que com a penetração, tudo depende do momento em que ela está.” Amaury Mendes Júnior, sexólogo e terapeuta.
“Cada pessoa tem pontos específicos com maior sensibilidade, essas são as zonas erógenas, áreas do corpo que apresentam maior irrigação nervosa. Dizer que existe um ponto G é algo exagerado.A região do períneo (entre a vulva e o ânus), por exemplo, é muito sensível ao toque, e existem outras áreas do corpo que também podem ser estimuladas. O segredo é ter autoconhecimento, descobrir o que pode ser excitante e explicar isso para o parceiro." Ivaldo Silva, ginecologista e professor do Departamento de Ginecologia da Universidade Federal de São Paulo (UNIFESP).
“Por não ser um ponto específico, o ponto G ganha agora o conceito de ‘área’, que é chamada de ‘plataforma orgástica’. Essa região localiza-se na parede vaginal, bem no começo. Durante o ato sexual, a melhor posição para favorecer o contato de área com o pênis é quando a mulher fica por cima do homem e faz o movimento para frente e para trás." Rosana Simões, ginecologista e professora da UNIFESP.
“Na literatura médica, o ponto G existe sim e está localizado na parede interna no começo da vagina, sendo essa uma região de sensibilidade maior que as demais áreas. Porém, com os avanços no estudo sobre a sexualidade, descobriu-se que o clitóris chega a ser mais sensível do que o ponto G. De qualquer forma, não há uma receita, cada mulher tem que descobrir o que lhe dá mais prazer.” Dr. Francisco Carlos Anello, médico ginecologista e especialista em sexualidade.
“Não se trata de imaginação, como algo que inexistente. Ocorre que as sensações sexuais e eróticas passam por um processo mental - são registradas no cérebro e então passam a existir fisicamente. Além do ponto G, muitas partes do corpo são erógenas, algumas delas extragenitais, que podem também conduzir ao orgasmo, desde que o ponto passe a receber estímulos e direcionamento erótico-sexual." Oswaldo M. Rodrigues Jr., psicólogo e diretor do Instituto Paulista de Sexualidade (Inpasex).

segunda-feira, 7 de novembro de 2011

ELES TAMBÉM TEM UM PONTO G



Terça-feira, 1 de Novembro de 2011
O ponto G deles

Que o corpo do homem é cheio de zonas erógenas que adoram ser estimuladas, isso a gente já sabe. Mas você sabia que eles também têm um pontinho que funciona quase como o nosso ponto G, ao alcance das mãos? Fico pertinho da próstata, logo abaixo da bexiga, um pouco atrás dos testículos e, ao que tido indica, se bem provocado, aumenta ou facilita a excitação e o prazer.

O problema é que há certo preconceito com relação a esse ponto, porque seu estímulo remeteria a uma atividade homossexual. Imaginar que o homem que gosta da estimulação na próstata é gay assusta muitas mulheres, que deixam de explorar a região anal masculina. Mas é lá mesmo que o "ponto G" deles se localiza. "A próstata apenas pode ser alcançada através do ânus, introduzindo o dedo", explica o psicoterapeuta sexual Oswaldo M. Rodrigues Jr., diretor do Instituto Paulista de Sexualidade. "O estímulo, massageando a próstata, facilitará a ereção ser obtida e mantida através de um mecanismo neurológico simples, reflexivo", explica.

A estimulação não vai proporcionar a prolongação do orgasmo, mas facilita que a excitação seja mantida forte e por mais tempo. Isso porque a área é comprovadamente uma aglomeração de terminações nervosas ligadas ao prazer. A dica de Oswaldo é estimular no início do contato sexual, com a finalidade de favorecer a excitação e o desejo do homem.

Mas é fundamental que o casal tenha muita intimidade para que a relação não fique estremecida. "Um casal sintonizado e que não se preocupe com a homossexualidade, provavelmente fará bom uso do prazer e excitação que podem ser obtidos com este tipo de estimulação", completa Oswaldo. Como não há uma cartografia sexual para encontrar e tocar esse "ponto G" masculino, as formas de estimulá-lo são muitas. Haja sensibilidade feminina na procura do tesouro.

Via Vila dois

sexta-feira, 19 de agosto de 2011

Sexo: “Punto G” masculino, cómo estimular la zona prohibida

Sexo: “Punto G” masculino, cómo estimular la zona prohibida
“Hombres eran los de antes”, dicen nuestros padres y abuelos cuando surge algo nuevo. Es que el varón está empezando a aceptar juegos que no condicen con la masculinidad de antaño. Un ejemplo es el descubrimiento del “punto G” masculino. Su simple fricción lleva al varón a un éxtasis casi imposible de expresar. CONSEJOS
19 . 08 . 2011 | 08:51
JUEGO. El sexo y la pareja

¿No es "de hombres"?

Muchos hombres aún se resisten a la idea de descubrir esa almendrita maravillosa. Temen que la exploración los lleve a la curiosidad de desviar su sexualidad. Es un mito, una falsa creencia popular.

Tal vez cuando empiezan a comprender que no son homosexuales por explorar la zona anal, que la homosexualidad tiene otras características, entonces se lamenten el tiempo perdido.



Cómo se estimula

Muchas mujeres dudan cómo acercarse a este punto. Están entre la contradicción que ejerce el hombre negador y la falta de lubricación que dificulta la tarea.

Si querés intentar, seguí estos pasos:

1) Lubricá. Tanto hombres como mujeres tenemos la necesidad de relajar el esfínter anal para favorecer la penetración. Hay que lubricar bien con un masaje, lo que también arrima a una sensación de mucho placer.

2) Acariciá. De a poco, tocá la zona sobre la pared posterior (si el varón se encuentra boca arriba con las piernas abiertas). No es necesario que la caricia sea muy profunda.

3) Buscá el “punto G”. Muy cerca de la entrada podrás encontrar una especie de almendra pequeña. Al frotarla despacio irá dilatándose.

4) Mirá cómo disfruta. La fricción suave lleva al varón a un orgasmo casi inigualable.



Consejos para animarse

Es interesante la experiencia por el tipo de sensaciones que el varón experimenta.

A los más temerosos hay que sacarles de la cabeza que esta situación los llevará a cambiar su elección sexual. No es así. El varón que está bien definido puede gozar de este tipo de estímulos sin temer por su definición.

Pero no podemos juzgar a esos varones que sienten temor. Siempre debemos respetar al otro en sus decisiones sexuales. De nada sirve forzar una situación ya que la psiquis es sabia y el disfrute está condicionado a la aceptación.

La mujer es hábil y siempre encuentra, por medio de la educación, la manera de mejorar el éxtasis de su pareja. Sin la necesidad de exigir, es posible (de a poco) ir estimulando este punto maravilloso que es el edén de los más atrevidos.


Por la licenciada Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga.
WWW.ENTREMUJERES.COM
http://www.tucumanalas7.com.ar/nota.php?id=41590

domingo, 7 de agosto de 2011

O Ponto da Deusa

Filosofando
O Ponto da Deusa
Por Márcia Yáskara Guelpa
16.06.05
Pode parecer incrível, mas a idéia de a mulher ter prazer sexual foi, durante muitos séculos, inadmissível. Mulher não gostar de sexo, então, era considerado um predicado lisonjeiro, a valorizava, e mais, fazia com que fosse considerada feminina, pois eram vistas como seres humanos cuja principal função deveria ser procriar e serem apenas receptoras passivas da atividade sexual masculina.

Estudos e pesquisas sobre a sexualidade feminina são absolutamente recentes. Faz apenas 55 anos que o médico Ernst Grafenberg descreveu, pela primeira vez, um lugar dentro da vagina que é extremamente sensível à pressão intensa e, em sua homenagem, esse ponto passou a chamar-se Ponto G.

Localizado na parede interior da vagina, atrás do osso púbico, mais ou menos a cinco centímetros da entrada do canal vaginal, o Ponto G é muito importante para quem pratica o sexo tântrico, e é conhecido como o ponto da deusa, dado o papel a ele atribuído de trazer as mulheres ao pico do prazer. Na realidade, o Ponto G possui tamanho e localização variáveis de mulher para mulher. Para saber onde se localiza basta imaginar um pequeno relógio dentro da vagina, com o ponteiro das 12 horas apontado para o umbigo. A maioria das mulheres encontrará o Ponto G situado na região entre 11 e 1 hora. O Ponto G e o clitóris são descritos pelos tântricos como pólos de carga sexual – um dentro e outro fora da vagina.

Cassandra Lorius, em seu livro “Sexo Tântrico”, diz que uma das melhores maneiras de achar o Ponto G é agachar-se e enfiar dois dedos (polegar de uma das mãos e indicador de outra) na vagina, pressionando um para cima em direção ao umbigo e o outro para baixo sobre o osso púbico (parecido com o exame de um ginecologista). É mais fácil achá-lo quando se está excitada sexualmente, pois os tecidos incham e se tornam mais sensíveis. A textura é diferente da de outros músculos que circundam a vagina. É mais áspera, com protuberâncias ou arestas.

Entretanto, existe uma terrível resistência quanto à existência do ponto em questão, em decorrência dos vestígios ainda latentes das antigas idéias de que as mulheres não devem ter desejos ou reagirem como seres sexuais. Há, inclusive, quem afirme não ser ele real, mas apenas um mito, o que nos leva a crer que algumas pessoas tentem, com essa afirmação, restringir o prazer da mulher. Por outro lado, alguns autores atuais afirmam em seus livros que a mulher só pode ter orgasmo com a estimulação do clitóris.

A essa altura você já deve estar querendo localizar o seu Ponto G, não? Então vamos lá! Você vai perceber que ele se apresenta como uma pequena saliência enrugada, do tamanho de um feijão e que, quando estimulado, começa a intumescer-se, parecendo um pequeno caroço entre os dedos. Para algumas mulheres pode crescer até o tamanho de uma moeda.

Massagem yoni

Não fique desapontada se o não encontrar com facilidade. Por ser relativamente pequeno, muitas mulheres encontram dificuldade em localizá-lo sozinhas. Caso seja de sua preferência você poderá localizar o ponto da deusa através de uma massagem chamada yoni, cujo objetivo é o de ver e apreciar a yoni (vagina) da deusa hindu Shakti, que possui energia inata, a energia feminina. Não é algo que se precise construir ou criar, é algo que você precisa ativar tão logo a descubra.

Em “Sexo Tântrico”, Cassandra afirma que Shakti não é, na realidade, somente uma deusa, mas a força criativa por trás da existência, e se manifesta em diferentes formas. Por essa razão, diz ela, não é retratada como uma única deidade, mas como várias deusas que representam as várias qualidades dessa energia primal.

A massagem yoni, cuja finalidade é curar lembranças do passado que nela se armazenam, é fascinante e deve ser praticada por você e sua parceira. Vamos lá! Faça primeiro na sua parceira. Em seguida ela fará em você. Fique atenta para cada movimento e cada toque, pois ambos devem ser delicados e suaves.

Vejamos o que diz Cassandra Lorius sobre a massagem yoni:

* “Sua parceira deve deitar-se confortavelmente, com travesseiros apoiando onde for necessário. Você pode sentar-se a seu lado ou entre as suas pernas abertas, também apoiadas por travesseiros. Olhe para ela, sincronize a sua respiração com a dela, criando uma conexão amorosa. Ponha sua mão esquerda delicadamente sobre o coração dela, enquanto sua mão direita (se você for destra) descansa sobre a pelve, no chacra umbilical”.

* “Depois de alguns minutos, faça massagem no corpo dela, com óleo ou talco. Afaste a energia da região da pelve, levando-a para o ventre e descendo pelos braços, coxas e pernas”.

* “Massageie em volta da pelve, dos músculos acima do púbis, da virilha (na prega onde as coxas se encontram com a região púbica) e no topo das coxas – lugares onde a tensão pode se concentrar. Controle com ela o ritmo e a pressão dos movimentos da massagem”.

* “Antes de proceder à massagem da yoni, ponha a mão em concha sobre o púbis e os lábios vaginais de sua parceira, mantendo a outra no centro do coração, restabelecendo a conexão com os olhos”.

* “Depois de acariciar suavemente a região do púbis, derrame uma pequena quantidade de lubrificante sobre os lábios externos da yoni, e massageie suavemente esta parte. Faça isso por algum tempo, sem pressa. Olhe para a yoni da parceira, admire-a e diga o que vê”.

* “Aperte delicadamente o lábio externo com os dedos, e deslize-os por toda a sua extensão, para cima e para baixo. Faça a mesma coisa com os lábios internos (vulva). Aperte então todos os lábios nas mãos como um sanduíche de yoni. Pergunte à parceira se ela está gostando do ritmo e da pressão de seu toque”.

* “Acaricie o clitóris, fazendo pequenos círculos e comprimindo-o. Diga à parceira para relaxar, sentir as sensações eróticas proporcionadas sem se concentrar muito nelas. Você pode dispersar a energia afastando-a da região da pelve com a mão que está livre, ou aumentá-la com um duplo estímulo – acariciando um mamilo, por exemplo”.

* “Quando a parceira estiver pronta, ela vai lhe convidar a colocar o dedo médio da mão direita dentro da vagina. Explore o interior dela em todas as direções, fazendo uma massagem. O resto de sua mão pode descansar sobre o púbis ou massageá-lo. Varie a profundidade, velocidade e pressão de seus dados. Há três tipos principais de movimentos: pequenos círculos, vibrando onde parecer dormente, ou simplesmente segurando, sobretudo se a parceira parecer angustiada (neste caso é melhor a mão ficar parada, sem retirar o dedo)”.

* “Com a palma da mão para cima e o dedo médio dentro da yoni, mexa o dedo num gesto de “vem cá” ou dobre-o em direção à palma. Você vai entrar em contato com uma região de tecido esponjoso abaixo do osso púbico, atrás do clitóris. É chamada de Ponto G ou, para o Tantra, ponto sagrado. Sua parceira pode ter a sensação de querer urinar, ou experimentar dor ou prazer. Se for incômodo para a parceira, pare de mover os dedos ou tente variar a pressão, velocidade e padrão de movimentos. Você pode fazer movimentos para o lado, para a frente e para trás ou em círculos com o dedo médio”.

* “Mantenha a respiração e continue a olhar em seus olhos. Emoções fortes podem vir à tona, e ela pode querer chorar ou dividir com você o que está por vir. Continue respirando e seja delicada. Não entre em pânico. Continue a massagem até que ela lhe diga para parar. Remova então as suas mãos lentamente, com delicadeza e respeito. Deixe-a ali por um momento, deleitando-se com o resultado da massagem da yoni. Ou abrace-a com ternura”.
Orgasmos, ejaculação e resistência médica

O Ponto G adequadamente estimulado por pressão intensa, intumesce, aumenta de tamanho e pode provocar vários orgasmos consecutivos, com ou sem ejaculação. O resultado é um orgasmo vaginal bem diferente do orgasmo alcançado pela excitação do clitóris. Aliás, é cada vez maior o número de mulheres que experimentam o orgasmo a partir de sua estimulação.

Segundo o psicólogo Oswaldo Rodrigues Jr., do Instituto Paulista de Sexualidade, o Ponto G só existe para 1/3 das mulheres. Para os outros 2/3 ele não é a área mais sensível, mas, como a cultura diz que é, fica todo mundo correndo atrás.

Conhecido desde a antiguidade, o Ponto G foi descrito, no século XVII pelo anatomista holandês Regnier de Graaf como uma mucosa membranosa da uretra. Assim, podemos considerá-lo um homólogo da próstata masculina e entender por que o líquido que algumas mulheres expelem no momento do orgasmo é similar, quimicamente falando, ao sêmen masculino, sem conter espermatozóides. Essa expulsão, aliás, é conhecida como ejaculação feminina e muitos médicos a contestam. Contudo há comprovações de que a uretra pode expelir vários centímetros cúbicos de um líquido leitoso cuja composição se aproxima consideravelmente do fluido prostático.

Ponto U – Alguém conhece?

O Ponto G é, ainda, pouco conhecido e a respeito dele pouco se comenta. Isso talvez se deva ao fato da pouca importância dada à sexualidade feminina, e porque em um exame ginecológico normal a área do Ponto G é geralmente apalpada e não estimulada. Portanto, ele passa despercebido, pois em estado de repouso ele é praticamente imperceptível e de difícil localização.

A verdade é que mulheres que buscam sensações prazerosas poderão descobrir um ABC completo de pontos interessantes. Basta se tocarem mais. Entretanto, convém ressaltar que tais pontos não são fórmulas mágicas e nem todos os fisiologistas e anatomistas reconhecem com exatidão as estruturas vinculadas a esses pontos, a ponto de poderem confirmar seu papel na sensibilidade sexual.

Fala-se, atualmente, no Ponto U, descoberto pelo cientista norte-americano, Dr. Mckenna. Segundo ele, esse ponto é a chave do orgasmo feminino. Ele fica na entrada da uretra feminina e daí a escolha da letra U para batizá-lo. De acordo com essa teoria, baseada em experiências com ratos, cuja anatomia sexual é parecida com a do homem, a estimulação manual desse ponto desencadearia o aumento da serotonina – substância reguladora do nosso humor – produzida pelas células da uretra. E essa estimulação levaria rapidamente ao orgasmo. Entretanto, sua manipulação merece especial atenção, pois se trata de uma área extremamente sensível e deve ser tocada de leve e com mãos limpas. Irritação e sujeira podem provocar infecções no local e na bexiga.
http://gonline.uol.com.br/site/arquivos/estatico/gnews/gnews_filosofando_15.htm

Afinal, o ponto G existe?

Afinal, o ponto G existe?
Pesquisa afirma que a zona erógena é pura ilusão; conversamos com 10 feras no assunto

Julia Reis, iG São Paulo, Julia Reis, iG São Paulo
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Recente pesquisa britânica trouxe um velho tema às manchetes: o ponto G. Segundo o estudo do londrino King's College, a zona erógena feminina - que seria capaz de elevar o prazer ao nível máximo - pode ser fruto da imaginação das mulheres - estimuladas pela mídia. Para debater a questão, o Delas conversou com especialistas no assunto, que colocam o tal ponto mágico no seu devido lugar. [Leia outras matérias no "Especial Orgasmo"]

"O ponto G não é anatomicamente definido. Ele é imaginário e habitualmente relacionado ao teto da vagina, que é uma zona erógena bem próxima ao clitóris. Por ser muito sensível, gera excitação e lubrificação.” César Eduardo Fernandes, ginecologista e presidente da Associação de Obstetrícia e Ginecologia do Estado de São Paulo.

“Apontar a existência do ponto G é estigmatizar a mulher, o que cria apenas ansiedade e cobrança. O ponto G é uma resposta sexual feminina a um estímulo associado ao desejo, porém diversos fatores - como fisiológico, psicológico e emocional - determinam qual é a capacidade da mulher se entregar na relação." Paulo Bonança, psicólogo, sexólogo e membro da Sociedade Brasileira de Estudos da Sexualidade Humana.

“Eu não acredito em Ponto G. Há uma rugosidade diferente em determinada área da vagina, mas isso não quer dizer que as mulheres sintam mais prazer naquele ponto, tudo depende de como ela for estimulada. Na verdade, costumo brincar que a mulher tem dois pontos G: um em cada ouvido.” Sylvia Faria Marzano, urologista, terapeuta sexual e diretora geral do Instituto Brasileiro Interdisciplinar de Sexologia e Medicina Psicossomática (ISEXP).

“A existência (ou ausência) do Ponto G não é fundamental para que a mulher sinta prazer, e sim o conhecimento dos seus próprios pontos sensíveis: estimular a mama, a nuca ou até mesmo entre os dedos dos pés pode gerar muito prazer.” Alfredo Romero, especialista em sexualidade e diretor do Instituto Brasileiro para a Saúde Sexual.

“Cada mulher tem um ponto especial, um desejo, um tipo de toque. Ela descobre locais de prazer que pode dar o nome de ponto G, ou não”. Otavio Leal, professor de tantra.

"Eu não acredito em ponto G, o abecedário é muito grande e o G fica no meio do caminho. A mulher até pode ter um espessamento maior no ponto da vagina que fica atrás da bexiga - pesquisadores dizem ser uma reminiscência da próstata que não se desenvolve no período de gestação - porém também existem outras áreas sensíveis. O prazer dela está mais ligado a sua autoestima, ao parceiro e principalmente ao autoconhecimento. A mulher pode gozar muito mais com o carinho do que com a penetração, tudo depende do momento em que ela está.” Amaury Mendes Júnior, sexólogo e terapeuta.

“Cada pessoa tem pontos específicos com maior sensibilidade, essas são as zonas erógenas, áreas do corpo que apresentam maior irrigação nervosa. Dizer que existe um ponto G é algo exagerado. A região do períneo (entre a vulva e o ânus), por exemplo, é muito sensível ao toque, e existem outras áreas do corpo que também podem ser estimuladas. O segredo é ter autoconhecimento, descobrir o que pode ser excitante e explicar isso para o parceiro." Ivaldo Silva, ginecologista e professor do Departamento de Ginecologia da Universidade Federal de São Paulo (UNIFESP).

“Por não ser um ponto específico, o ponto G ganha agora o conceito de ‘área’, que é chamada de ‘plataforma orgástica’. Essa região localiza-se na parede vaginal, bem no começo. Durante o ato sexual, a melhor posição para favorecer o contato de área com o pênis é quando a mulher fica por cima do homem e faz o movimento para frente e para trás." Rosana Simões, ginecologista e professora da UNIFESP.

“Na literatura médica, o ponto G existe sim e está localizado na parede interna no começo da vagina, sendo essa uma região de sensibilidade maior que as demais áreas. Porém, com os avanços no estudo sobre a sexualidade, descobriu-se que o clitóris chega a ser mais sensível do que o ponto G. De qualquer forma, não há uma receita, cada mulher tem que descobrir o que lhe dá mais prazer.” Dr. Francisco Carlos Anello, médico ginecologista e especialista em sexualidade.

“Não se trata de imaginação, como algo que inexistente. Ocorre que as sensações sexuais e eróticas passam por um processo mental - são registradas no cérebro e então passam a existir fisicamente. Além do ponto G, muitas partes do corpo são erógenas, algumas delas extragenitais, que podem também conduzir ao orgasmo, desde que o ponto passe a receber estímulos e direcionamento erótico-sexual." Oswaldo M. Rodrigues Jr., psicólogo e diretor do Instituto Paulista de Sexualidade (Inpasex).
http://delas.ig.com.br/amoresexo/orgasmo/afinal+o+ponto+g+existe/n1237535305573.html

terça-feira, 12 de julho de 2011

Ginecologistas franceses tentam provar existência do ponto G

Ginecologistas franceses tentam provar existência do ponto G

31/1/2010 18:16, Redação, com BBC

Ginecologistas franceses reunidos em uma conferência em Paris querem tentar provar a existência do “ponto G” feminino, contrariamente às conclusões de um recente estudo britânico.

No início de janeiro, pesquisadores do King’s College, de Londres, divulgaram uma pesquisa afirmando que a suposta zona erógena feminina, que provocaria elevados níveis de excitação sexual e orgasmos quando estimulada, mais conhecida como ponto G, não existe.

Os cientistas britânicos analisaram mais de 1,8 mil mulheres e concluíram que o ponto G seria fruto da imaginação das mulheres. Mas especialistas franceses pretendem contra-atacar os pesquisadores britânicos na conferência em Paris.

Para os médicos franceses, o estudo britânico “é uma abordagem totalitária da sexualidade feminina”. “O estudo do King’s College mostra falta de respeito em relação ao que as mulheres dizem”, afirma o cirurgião francês Pierre Foldès, co-autor de uma técnica para reparar os danos causados por excisões do clitóris. “As conclusões estão completamente erradas porque foram baseadas somente em observações de ordem genética. É evidente que existem variabilidades na sexualidade feminina”, diz Foldès.

Falsos pressupostos
Segundo ele, o estudo britânico se baseou na ideia de que todos os pontos G seriam similares, o que estaria errado na sua avaliação. “Se uma paciente me perguntar onde está seu ponto G, eu mostro. Qualquer que seja a maneira como chamamos essa zona sensível, G, M ou B, podemos estar certos de sua existência”, diz o ginecologista Sylvain Mimoun, organizador da conferência em Paris. De acordo com o médico francês, o ponto G estaria situado a uma distância de cerca de três centímetros da entrada da vagina.

Segundo ele, a pesquisa britânica foi iniciada a partir de falsos pressupostos. “Existem três ideias falsas sobre o ponto G: pensar que ele está situado na mesma área em cada mulher, que ele teria o tamanho de uma moeda de 50 centavos e que ele sempre permite ter um orgasmo”, diz o ginecologista.

Mimoun afirma que o ponto G é uma área que responde a um estímulo. De acordo com o especialista, não se trata de uma questão genética, mas sim de funcionalidade. “Se uma mulher conhece intimamente sua vagina, ela pode descobrir coisas, incluindo a zona do ponto G. Se ela nunca é tocada, nunca acontecerá nada”, diz ele.

Para os especialistas franceses, o ponto G seria uma área que as mulheres aprendem a conhecer no decorrer de suas experiências sexuais. Segundo Mimoun, “é possível que todas as mulheres tenham um ponto G, mas apenas um terço delas conhece sua existência”. O ponto G foi identificado pela primeira vez em 1950 pelo médico alemão Ernst Gräfenberg.
http://correiodobrasil.com.br/ginecologistas-franceses-tentam-provar-existencia-do-ponto-g/160596/