sexta-feira, 13 de janeiro de 2012

Hipoxia erótica, cuando el sexo y la muerte pueden ser un juego


Mendoza

El ahorcamiento que genera placer es considerado una práctica peligrosa por especialistas.

08-01-2012
Paola Alé
pale@diariouno.net.ar


Las vidas de la cordobesa Nora Dalmasso, del actor estadounidense David Carradine; del cantante del grupo australiano INXS, Michael Hutchence, y del economista kirchnerista Iván Heyn, solo –y quizás– estuvieron unidas por la forma de su muerte.

Estas cuatro personas fallecieron, aparentemente, de forma similar: por un juego sexual llamado hipoxia erótica o hipoxifilia que algunos especialistas consideran una parafilia y otros, apenas una práctica que puede resultar peligrosa, pero que como forma de excitación erótica es válida.


De qué se trata
La hipoxifilia es un juego erótico, más allá de lo peligrosa que puede resultar su práctica. Se trata de un estímulo por el que una de las personas que integra el intercambio sexual interrumpe el paso del oxígeno ejerciendo presión sobre el cuello del otro. Lo que le ocurre en la persona que está siendo estrangulada es una serie de reacciones químicas. El cuerpo se enfrenta a una situación de crisis, entonces la reacción es idéntica a la que se produce frente al peligro: aumenta la adrenalina y la presión de la sangre. Además, al quitar el oxígeno, se incrementa el dióxido de carbono, esto puede desencadenar un espasmo y entumecimiento muscular, y un estado de semiinconsciencia.

Desde el punto de vista médico, en esta instancia, se alcanzaría una mayor excitación. Así lo manifestó el médico Marcelo Álvarez.

Como juego, pero sin la impronta erótica, también es realizado por adolescentes que buscan llegar al límite del peligro. Sin embargo, en el caso de una relación sexual, el médico explicó que se mezclan en este ejercicio las pulsiones de vida y muerte, por lo que la experiencia puede resultar aún más intensa.


Dos visiones
Que la hipoxifilia es una práctica peligrosa es innegable porque, a menos que la realice alguien con un conocimiento médico específico, no es fácil medir la fuerza que se ejerce sobre quien está siendo asfixiado y el resultado puede ser fatal. No obstante, algunos especialistas consideran que su práctica es un acto perverso, mientras que otros no.

La psicóloga Alejandra Ruppi sostiene que se llega a este tipo de praxis por la gran cantidad de estímulos sexuales. Las personas se aburren de tener sexo en forma convencional con mayor facilidad y buscan alternativas que generen más riesgo y adrenalina. Ruppi la considera una patología de la excitación, similar a la de cualquier adicción. Por esta razón, cree que es necesario que sea tratada. “Entre las personas que realizan estos juegos sexuales hay cierta incapacidad para valorar la vida, si esta no me da algo que me entretenga, que me resulte atractivo, entonces, la pongo en riesgo”, afirmó la especialista.

Otro punto de vista es el del psicoanalista Rodrigo Prado. “Se trata de un juego. Así como hay gente que quiere tener sexo bajo los efectos de una droga, hay quienes buscan tenerlo bajo los efectos de la asfixia”, afirmó y agregó: “Como práctica sexual, es válida, sin embargo, puede ser válida y no natural”.

Significa que los que practican la asfixiofilia buscan agregarle excitación a la relación, separando la experiencia sexual de todas las demás experiencias de la vida. Por esto, piensa que tiene más que ver con un estado de alienación, más que con la profusión de estímulos eróticos a la que las personas están expuestas.
http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2012/01/08/nota290969.html

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